La cité de Carcassonne

 

Carcassonna, a 1h20 de Sète,

 

Alrededor del año 122 a.C, los romanos que habían conquistado la Provenza y el Languedoc fortificaron el oppidum sobre el cual se encuentra la ciudad actual, que tomó el nombre de Carcaso.

 

Fortaleza de los visigodos del 460 al 725, ocupada por los sarracenos de 725 a 759, reconquistada e incorporada al imperio de Carlomagno, la ciudad en sí misma se desarrollará con la dinastía feudal de Trencavel, del 1082 al 1209, durante este próspero período se desarrolla rápidamente el catarismo.
Raymond Roger Trencavel, vizconde de Béziers y Carcasona (1194-1209) sufrirá el primer choque de la cruzada predicada por Papa Innocent III y el 15 de agosto de 1209, después del asedio de su ejército, la ciudad y las tierras fueron atribuidas al líder militar de la cruzada, Simon de Montfort, y posteriormente cedidas al rey de Francia en 1224.

Con su entrada en el dominio real, la ciudad sufre importantes cambios. Durante los sucesivos reinados de Louis IX, Philippe Le Hardi y Philippe Le Bel, Carcassone adopta la fisonomía como hoy la conocemos.

En 1262 nace un nuevo pueblo en la orilla izquierda del río Aude: La Bastide Saint-Louis. Quemado en 1355 fué reconstruida immediatamente.
 

El uso de nuevas técnicas de guerra (polvo, canon) y sobre todo el retroceso de la frontera Franco-Española con la paz de los Pirineos en 1659, provocan su abandono. En el siglo XVIII, no es más que un barrio miserable de la ciudad enriquecido por el comercio del vino y la fabricación de ropa de cama.

El erudito carcasonés Jean Pierre Cros-Mayrevieille, Prosper Mérimée y el famoso arquitecto Viollet-le-Duc salvaron la ciudad del derribo y en la actualidad pueda ser admirada como la ciudad fortificada más lograda de Europa.

 

De la Bastide Saint-Louis a la ciudad medieval, una visita imprescindible.